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A veces cuando escuchamos la palabra terapia psicológica empezamos a temblar y nos parece que nuestro problema es más grave de lo que realmente es.
Ir a terapia consiste en realizar un tratamiento de base científica cuya finalidad es lograr el bienestar psicológico de las personas, abordando los diferentes conflictos psicológicos a través de una relación psicoterapeuta-paciente.
El vínculo terapéutico entre el profesional y el paciente es el denominador común de todas las corrientes y la principal variable de mejora. Si no hay un trato cercano y el psicólogo se gana la confianza del paciente, es imposible avanzar.

¿Cuándo debería acudir a terapia psicológica?
Esta pregunta es bastante frecuente ya que siempre pensamos que no está tan mal y podemos solucionar nuestros problemas sin ayuda.
Sin embargo, nos equivocamos y acudir a terapia psicológica no es más que tener la iniciativa de querer afrontar lo que nos duele y evolucionar como personas.
Algunas pistas de que ha llegado el momento de afrontar la realidad e ir a terapia son:

Ninguna decisión que haya tomado sobre su comportamiento parece haber funcionado
Tus amigos o familiares no quieren escucharte
Abuso de drogas o alcohol
Tus conocidos se preocupan por ti y te recomiendan que vayas a terapia psicológica
No dejas de pensar en lo negativo
Crees que todos están en tu contra y ofreces una respuesta agresiva
Tienes problemas para dormir
No disfrutas las cosas y nada te motiva